y Pablo camina hasta el cabaret,
allí, junto al piano
habrá de estar hasta las tres.
Cantar canciones que hablan
de una esperanza, de una vida mejor,
llevando hambre en el cuerpo,
hambre en el alma, hambre de Dios.
Mirar cómo las gentes
entre sonrisas se hablan de amor,
y Ana, que fue su sueño
hace ya tiempo que la perdió.
Está fría la noche
y Pablo regresa del cabaret,
y nadie calienta su cuerpo
roto del frío del amanecer,
del amanecer, del amanecer...
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