junto a la orilla la dejé,
con la crecida del invierno
cuando volví no la encontré.
Cansado del camino
arribo a mi destino
con Sol de media tarde, vida,
ha mucho tiempo desde entonces que pasó
y tengo miedo de quedarme sin tu amor...
Abajo en la pradera
mi niña mañanera
cogida de otra mano pasa,
enamorada de los ojos de un chaval
que se ha prendado sin poderlo remediar;
las flores de su falda son tan rojas
la piel de sus mejillas tan hermosa,
el tono de su pelo tan dorado
que yo no sé qué voy a hacer
para olvidarla sin haberla amado.
Perdona si apenado
me alejo de tu lado
con Sol de media tarde, vida,
voy a asomarme a nuestro viejo mirador
a repensar en nuestro amor.
Las flores de su falda son tan rojas
la piel de sus mejillas tan hermosa,
el tono de su pelo tan dorado
que yo no sé qué voy a hacer
para olvidarla sin haberla amado.
Perdona si apenado
me alejo de tu lado
con Sol de media tarde, vida,
voy a asomarme a nuestro viejo mirador
a repensar en nuestro amor.
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